Vamos a hacer unos jabones sencillos. Bueno, lo más sencillo es el jabón que solo lleva aceite de oliva. Es un jabón buenísimo, ideal para pieles delicadas o con problemas; el único pero es que no hace mucha espuma y solemos estar tan acostumbrados a que el jabón haga espuma que sin ella parece que no nos limpiamos. Así que se añade un pequeño porcentaje de aceite de coco, no más del 20%, y problema resuelto.
Un poquito de seguridad
Hacer jabones no es complicado pero hay que tener cuidado con la sosa.Nos pondremos a hacerlo en un sitio ventilado para no respirar los vapores, con guantes y gafas de protección, y vinagre a mano para echarnos por si nos salpicara. Mantenemos lejos a niños y mascotas, y medimos muy bien los ingredientes con una báscula de precisión.
Básicamente es eso, pero leed las detalladas instrucciones de seguridad de mendrulandia y no me demandéis si tuvierais algún problema.
Jabón de manos
400 gr. de aceite de oliva virgen100 gr. de aceite de coco
170 gr. de agua destilada
66 gr. de sosa
Esto es aceite de coco a menos de 24º.
Esto es aceite de coco después de haber colocado la botella sobre un radiador, o al baño maría, o esperar a verano.
Al aceite de oliva ya lo conocéis, ¿no? Pues vamos al lío.
Pesamos los aceites y los juntamos, cuidando que no baje tanto la temperatura que solidifiquen.
Aparte pesamos el agua (fría) en un recipiente que soporte algo de calor. Pesamos la sosa.
Echamos la sosa sobre el agua (nunca nunca al revés, podría saltar).
Veremos cómo empieza a calentarse y a soltar vapores, por eso hay que hacerlo en un sitio ventilado, y por eso es mejor empezar con el agua fría, para que no se caliente en exceso. Mezclamos bien. Esta mezcla de sosa y agua se conoce como lejía.
Dejamos que enfríe a unos 40º, y echamos la lejía sobre el aceite. Ahora toca remover, remover y remover... o atajar dándole con la batidora (en ese caso, mucho cuidado con que no salpique, y lavarla nada más terminar).
Hay que remover hasta que se forme la traza, esto es, que coja textura como de mayonesa.
Cuando ya tenemos la traza, se pueden añadir aceites esenciales o fragancias especiales para proceso en frío (cantidad lo que diga el fabricante).
Ahora toca poner en el molde, en este caso un maravilloso tetrabrick cortado y lavado.
Pasadas 24-48 horas lo desmoldamos rajando el tetrabrick si hace falta, y cortamos pastillas.
Las pondremos a curar 6 semanas extendidas en un lugar seco y ventilado.
Un poco de teoría
El jabón es el resultado de una reacción llamada saponificación. Cada aceite tiene un índice de saponificación diferente, de modo que para los mismos gramos necesitaremos una cantidad diferente de sosa. Si queremos sustituir un aceite por otro tendremos que recalcular la cantidad de sosa necesaria; podemos hacerlo a mano o usando la calculadora de mendrulandia.La sosa es irritante para la piel, así que no queremos que queden restos en el jabón. Como margen de seguridad, añadimos un poquito más de aceite del que va a reaccionar con la sosa, que además aportará nutrición a la piel. Es lo que se conoce como sobreengrasado. El jabón que acabamos de hacer tiene un sobreengrasado del 8%, que es además el que figura por defecto en la calculadora. Cuando se hace jabón para lavar lo que no queremos que quede bajo ningún concepto es aceite sin reaccionar, así que el proceso es el contrario: se pone un poquito menos de aceite del que va reaccionar, un sobreengrasado negativo.
pues no parece tan complicado, así que igual me animo y todo!
ResponderEliminar¡Claro! Es un poco engorro pero sencillo.
Eliminar